Todos somos conscientes del maravilloso efecto que tienen los perfumes de las flores y la naturaleza sobre nuestro estado de ánimo: el olor de los jazmines una noche de verano en una ciudad del sur, o el seco ,balsámico y potente aroma de un pinar en el atardecer, después de todo un día de exposición al sol, pueden crear una atmósfera que induce a la relajación en el primer caso o a la sana excitación y aumento de la energía corporal en el segundo.
Mientras nuestros antepasados, de forma intuitiva o a través de su experiencia, conocieron y se beneficiaron del efecto positivo de los olores sobre la mente, en la actualidad los avances científicos , las investigaciones sobre el funcionamiento del cerebro y del sentido del olfato, corroboran que, efectivamente, los olores influyen sobre nuestra mente, por ejemplo sobre el aprendizaje, la memoria, la agresividad y la respuesta sexual. Aunque sabemos que queda mucho por descubrir y dar a conocer, al menos hemos pasado a considerar la influencia del aroma sobre la mente como algo natural en el ser humano, dejando atrás el concepto sobrenatural o mágico (aunque el mundo del aroma tiene mucho de mágico, en el sentido de encantador, poético, espiritual).
Lo único que exige el buen uso de la aromaterapia y la obtención de buenos resultados, es que los aceites esenciales empleados sean puros para lograr los efectos terapéuticos deseados.
FUENTE:
www.concienciasinfronteras.com