Como todo en la vida, el aroma ideal no existe, ya que depende de los gustos de cada persona. Sin embargo, por norma general en los dormitorios suelen primar los aromas ligeros y relajantes, como es el caso de la lavanda, el jazmín o las rosas.

Si se trata de un cuarto infantil puedes añadir matices frutales más dulces, como frutilla. kiwi o melón. Y si tienes adolescentes en casa, los olores cítricos y de sales marinas encajarán a la perfección con ellos.

En el recibidor te recomendamos que apuestes por las fragancias de aromas frutales naturales, aunque la canela o la vainilla también proporcionarán esa sensación de cálida bienvenida. Al llegar al comedor queremos transmitir una sensación de orden, limpieza y relajación, algo que es mucho más sencillo si usamos aromas de madera como el cedro o el cuero.

Y como puedes imaginar, hay que prestar especial atención a nuestras cocinas y baños, lugares que son bastante sensibles a los malos olores y requieren el uso constante de aerosoles y otros productos similares.

¿Cómo eliminar los malos olores?

Aunque tengas en casa velas perfumadas o difusores para aromatizar, los malos olores van a aparecer inevitablemente. ¡No te desanimes! El primer paso es adoptar la costumbre de ventilar todos los días tu casa, tarea que puedes hacer a primera hora de la mañana.

Limpia los suelos con agua caliente utilizando algún producto desinfectante o un limón exprimido, que además de ser totalmente natural anula los malos olores y aporta un refrescante toque cítrico.